Me deje llevar por encantamientos carnales llenos de pasión y ardor de cama, me deje llevar por palabras vacías que me prometieron una vida distinta, fui como un ciego al precipicio sin temor a caer al vació porque sentí que con sus deseos yo saldría aireado de todo, me quite un peso de encima creyendo que un cambio se daría al poco tiempo de estar a tu lado, y deje las esperanzas depositadas a plazo fijo en un banco donde jamas se me daría una garantía de que valdría la pena.
Espere como un idiota, aguarde en el silencio como un pájaro ante su presa, calmado, dejando que las agujas del reloj siguieran dando vueltas una y otra vez, y cuando por fin creí que todo seria lo idóneo algo espantoso ocurrió...comencé a sentir una culpa inmensa por dejarte hacer lo que querías, te di la libertad de escoger y nunca fue para bien, hiciste lo que te dio la gana, con mi espera, con mi tiempo, con el espacio que yo ocupaba en silencio, y en un abrir y cerrar de ojos todo se fue al demonio y acepte de una buena vez que SOY UN COMPLETO FRACASO.
Fracase a la hora de exigirte, fracase al momento de proponerte, fracase incluso en pensamiento porque pensé muchas veces que algo mejoraría, que algo diferente pasaría, pero ya no había nada que arreglar, todo estaba destruido como un castillo de arena en el mar. Y acepte mi culpa por dejar que hicieras lo que te diera la gana, te di una libertad espantosa que te llevo al borde de la locura, irrespetaste los limites porque te sentiste dueña de todo y nunca miraste hacia atrás para ver si yo era feliz, te escudaste en pretextos vagos y sin sentido y jamas me preguntaste si yo realmente lo disfrutaba.
Soy culpable de muchas cosas y lo admito, pero mis fracasos contigo son cosas que jamas merecía, nunca merecí que me mal pagaras, jamas di pie a que no mereciera nada bueno, ni mucho menos a que nunca me complacieras en algo tan simple como cambiar para bien.
Ahora nos toca conformarnos con lo poco que nos queda, ya no sentir nada no es culpa mía, y fracasar de nuevo ya no haría daño, dejemos que todo fluya como antes de conocernos, porque siempre fuimos amigos pero nunca lo supimos comprender, mas pudo el deseo y el placer carnal que nuestra propia razón.
YA NO QUEDA NADA. (ORIGINAL)
GERARDO CAPIELO
No hay comentarios:
Publicar un comentario