Era difícil para aquellos jóvenes novios entender todas las sensaciones juntas, era como una fiesta de cosquillas y risas dentro del cuerpo, los besos se volvieron su icono en la relación abriéndole camino al tiempo y a la confianza, era como ver a unos niños creciendo en medio del juego y el cuidado de los mas grandes, quienes no dejaban de seguir de cerca a estos dos tortolos que emprendieron el camino hacia lo desconocido y que aun teniéndole miedo siguieron caminando sin rendirse nunca.
El tiempo avanzaba sin tomar decisiones importantes, vivir la vida llena de amistad y amor era lo único que les importaba, a Vicky le entusiasmaba disfrutar ese nuevo reto de la vida que era enamorarse y a Gerardo solo le interesaba conocer mas a ese amor que había llegado para quedarse por mucho tiempo hospedado, era casi una perfección absoluta, ninguno de los dos tenia de que quejarse, porque darse un beso y sentir el corazón latir tan rápido causaba en ambos una emoción que no se podía explicar con palabras sino con miradas y gestos.
Cierto día Gerardo llego a casa de su amada Vicky, ella hacia sus labores tanto de estudiante como del hogar, y en un descuido de ella Gerardo se coloco frente a ella y la tomo de sus mejillas sosteniendo su rostro y dejando posar sus labios sobre los de ella, Gerardo le había dado el mejor beso que jamás en la vida había dado y ella recibió el gesto mas amoroso que nunca en su dulce vida le habían otorgado.
Luego de aquel magnánimo momento –el mejor de todos diría yo- un silencio enmudeció el sitio, era evidente que ambos enamorados quisieron vivir el momento en su mejor ángulo, sus miradas brillaban como cocuyos en la oscuridad de la noche, aquel amor crecía de manera muy rápida y ninguno de los dos lo quisieron evitar.
Acariciar sus rostros y labios fueron las primeras caricias que ambos sintieron, fue sin duda alguna las mejores caricias del mundo, se sentían queridos, amados, deseados, era como estar en un mundo distinto sin problemas y sin nada que los perturbara, pero el tiempo corría sin dar rastro de detenerse y a ellos no les importo nada, solo querían vivir el mejor momento de sus vidas.
Empezaron amarse con el corazón pero ninguno de los dos lo decía, y ese día llego en una noche…
Esta nota continuara….
El tiempo avanzaba sin tomar decisiones importantes, vivir la vida llena de amistad y amor era lo único que les importaba, a Vicky le entusiasmaba disfrutar ese nuevo reto de la vida que era enamorarse y a Gerardo solo le interesaba conocer mas a ese amor que había llegado para quedarse por mucho tiempo hospedado, era casi una perfección absoluta, ninguno de los dos tenia de que quejarse, porque darse un beso y sentir el corazón latir tan rápido causaba en ambos una emoción que no se podía explicar con palabras sino con miradas y gestos.
Cierto día Gerardo llego a casa de su amada Vicky, ella hacia sus labores tanto de estudiante como del hogar, y en un descuido de ella Gerardo se coloco frente a ella y la tomo de sus mejillas sosteniendo su rostro y dejando posar sus labios sobre los de ella, Gerardo le había dado el mejor beso que jamás en la vida había dado y ella recibió el gesto mas amoroso que nunca en su dulce vida le habían otorgado.
Luego de aquel magnánimo momento –el mejor de todos diría yo- un silencio enmudeció el sitio, era evidente que ambos enamorados quisieron vivir el momento en su mejor ángulo, sus miradas brillaban como cocuyos en la oscuridad de la noche, aquel amor crecía de manera muy rápida y ninguno de los dos lo quisieron evitar.
Acariciar sus rostros y labios fueron las primeras caricias que ambos sintieron, fue sin duda alguna las mejores caricias del mundo, se sentían queridos, amados, deseados, era como estar en un mundo distinto sin problemas y sin nada que los perturbara, pero el tiempo corría sin dar rastro de detenerse y a ellos no les importo nada, solo querían vivir el mejor momento de sus vidas.
Empezaron amarse con el corazón pero ninguno de los dos lo decía, y ese día llego en una noche…
Esta nota continuara….
No hay comentarios:
Publicar un comentario